Gonzalo Plaza, cofundador y director Ejecutivo de Fundación 99, explica que, en primer lugar, es importante tener en cuenta la infraestructura y conectividad que permita el desarrollo de una formación a distancia.
“Un ejemplo concreto es la ruralidad, que según la OCDE el 25,5% de los chilenos vive en comunas cuya población habita mayoritariamente en sectores rurales y ahí el acceso a internet y conectividad sigue presentando desafíos significativos”, afirma. Luego de identificarse ese factor, Plaza explica que hay que ver otros aspectos importantes para llevar adelante un curso de capacitación.
1. Tipo de formación: hay que verificar si será sincrónica o asincrónica, es decir si requerirá “presencialidad virtual en línea” o bien será en base a módulos pregrabados y disponibles para adecuarse a los ritmos y tiempos de los asistentes.
2. Duración de la instancia de formación: en modo sincrónico el desgaste y atención es mayor y la jornada de más de dos horas seguidas podrían ser ineficaces.
3. Se debería considerar metodologías activas y donde el asistente tenga la posibilidad de interactuar y tener el protagonismo de la sesión. “Con esto se logra una mayor motivación por el curso y más participación”, explica Plaza. El director Ejecutivo de Fundación 99, afirma que “una de las principales sugerencias es que cuando se planifique una sesión de formación online, se tenga en cuenta una relación lo más horizontal posible y no situarla desde “la mirada experta vertical”, sino que desde una visión basada en el diálogo igualitario donde se reconozcan las experiencias y saberes de cada uno y, por tanto, la capacidad de co-creación entre asistentes y tutores se nutra para que todos salgan beneficiados”.
2020 Fundación 99.
2020 Fundación 99.