La tecnología ha sido el principal canal de aprendizaje durante la pandemia. Es así como resulta fundamental capacitar a los docentes y estudiantes en estas áreas, sobre todo en sectores vulnerables del país.Por Nicole Venegas Reveco. La pandemia ha permitido abarcar la educación y la nueva forma de aprendizaje dada a través de plataformas tecnológicas y aulas virtuales.

Gonzalo Plaza, cofundador y director ejecutivo de Fundación 99, explica que estas herramientas tienen un importante potencial, sin embargo, “Chile es un país profundamente desigual y la pandemia ha evidenciado que en educación hay brechas que aún se mantienen, especialmente en los sectores más vulnerables y rurales, tanto en términos de infraestructura habilitante, como en soporte y contenidos”.

Es así como, durante este tiempo el acceso a la educación ha estado determinado por los elementos tecnológicos con los que se cuenta, la conectividad de estudiantes y docentes, condiciones de habitabilidad, entre otros. Según Plaza, existe un desafío tecnológico, pero también relacionado con el acompañamiento pedagógico al planificar clases a distancia. “El ambiente virtual ofrece ventajas que se hacen efectivas en la medida que se reformulen los diagnósticos, las estrategias pedagógicas y se considere el contexto desigual que existe. 

No puede pensarse que el modelo de enseñanza-aprendizaje tradicional es extrapolable a un espacio virtual de forma directa”, afirma.Capacitación e inversión socialA partir de este escenario, existen programas de capacitación e inversión social que permiten trabajar con aquellos aspectos y carencias que se presenten en sectores vulnerables del país, ya sean a nivel tecnológico como de formación pedagógica.

Gonzalo Plaza explica que las herramientas tecnológicas y plataformas de videollamada estaban siendo un impedimento para los clientes.”Estamos trabajando con escuelas de distintas regiones del país, son escuelas con índices de vulnerabilidad altos (90% promedio) y especialmente en sectores rurales, donde los problemas de conectividad y acceso son aún mayores”, comenta. El trabajo en estos sectores se relaciona con la aplicación de tecnologías simples, como WhatsApp o redes sociales usadas comúnmente, donde su correcta utilización es indispensable en el proceso de aprendizaje. 

“Estamos pudiendo tener espacios de reflexión y formación pedagógica con docentes y estudiantes, como por ejemplo las tertulias literarias bajo el proyecto Comunidades de Aprendizaje. Son instancias semanales en donde ya nos hemos reunido con más de 500 personas, entre directivos, docentes y estudiantes”, comenta Plaza sobre la aplicación de los cursos.